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La autora de El camino de la transformación , Inmaculada Cerejido, ha presentado una sesión de networking en la Escuela de Negocios La Salle en el décimo aniversario de esta institución de reconocido prestigio.

Descubrir un modelo de dirección capaz de lograr el compromiso de los colaboradores, reflexionar sobre las barreras personales que dificultan la aplicación de este modelo y adquirir hábitos que nos hagan más confiables, son los tres objetivos básicos que Inmaculada ha expuesto en este taller eminentemente práctico.

Durante toda la mañana la autora y conferenciante de LID ha transmitido a los participantes las ideas plasmadas en El camino de la transformación sobre cómo abordar la tarea directiva. En este sentido, Inmaculada ha defendido que para ser un buen directivo primero debe producirse una transformación a nivel personal que nos lleve al liderazgo de servicio, un estadio que nos permitirá multiplicar la satisfacción y el éxito profesional. Así «nada cambia si no hay un cambio profundo en la persona. Un cambio profundo es una transformación en la cualidad de la persona. Por lo tanto, transformarse es cambiar nuestro modo de ser si dejar de ser quien somos».

Por lo tanto, la transformación es un proceso irreversible que requiere tiempo, introspección, serenidad y fondo, mientras que el cambio es reversible, un hito que marca un antes y un después, pero que se produce de manera rápida y convulsa. Por lo tanto, para alcanzar un buen liderazgo es necesario abogar por la transformación, alcanzar la madurez directiva, de modo que «liderar sea liberar», es decir, una tarea que no sólo permita el desarrollo profesional de los directivos, sino el de los empleados.